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Las amazonas son seres míticos que aparecieron en el imaginario de la humanidad desde tiempos inmemoriales. En la Iliada ya son mencionadas como si fueran muy conocidas.
Ese imaginario permaneció por siglos en la mente europea. En el siglo
XVI los exploradores y conquistadores del nuevo mundo intentaron encontrarlas.
Cuando el gobernador de Cuba, Diego Velázquez, confió una expedición exploratoria a Hernán Cortés, le pidió que buscara las amazonas:
"dizque hay gentes de orejas grandes y anchas y otras que tienen las caras como perros, y ansí mismo dónde y a qué parte están las amazonas, que dicen estos indios que con vos lleváis, que están cerca de allí…"
No las encontró. Pero una vez que sujetó la
ciudad de Tenochtitlán, Cortés organizó una expedición terrestre hacia la costa norte
del Océano Pacífico, encabezada por su pariente Francisco Cortés, y uno de sus
objetivos era encontrar las amazonas. Tampoco las halló.
Algunos años más tarde, Nuño de Guzmán
también intentó encontrarlas. En una carta que envió al emperador le aseguró
que en menos de 10 días llegaría a su tierra:
“unos dicen que habitan dentro en la mar y otros, que están en una parte de un brazo de mar y que son ricas y tenidas de los habitadores de la tierra por dioses”, aseguró.
Incluso se atrevió a describirlas:
“son más blancas que estas otras, traen arcos y flechas y rodelas, comunícanse cierto tiempo del año con los vecinos y lo que nace, si es varón dicen que lo matan y guardan las mujeres”.
Llegó la decepción por no encontrarlas,
pero en el espíritu de los españoles surgió otro incentivo que también procedía de un mito muy lejano: descubrir
las Siete Ciudades de oro. Decían que esas ciudades se encontraban en el norte
del continente.
Esta expedición hacia las Siete Ciudades de oro la he narrado en mi libro: Crimen a medianoche en el puerto de La Navidad, 1561. ✔
Comentarios
Muy interesante.
ResponderEliminarGracias
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